La sexualidad es un concepto amplio en la vida de los seres humanos. Hay que empezar diciendo que todos poseemos una sexualidad desde el momento de nuestro nacimiento. La sexualidad debe entenderse desde una visión amplia que abarca el sexo, las identidades de género y los roles sexuales, orientación, erotismo, placer, intimidad y reproducción. Pero también otros aspectos están inmersos dentro de este concepto, como la autonomía, las reglas de cortesía básica, la autoestima, la amistad y la integración social. La sexualidad está influenciada por la interacción de biológicos, factores psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales. Alrededor de las personas con síndrome de Down existen mitos antiguos que es preciso clarificar. En primer lugar, debemos decir que el desarrollo y la capacidad intelectual no son lo mismo que el desarrollo afectivo-sexual. El desarrollo sexual dado por factores biológicos (cambios corporales, poluciones nocturnas, menstruación, etc.), sucederá de la misma forma que en otros adolescentes. comparando su desarrollo con los patrones considerados normales no se encuentran diferencias significativas, ya que atraviesan los mismos cambios biológicos, con el natural incremento de los niveles hormonales y la aparición gradual de las características sexuales primarias y secundarias, que aumentan su impulso sexual. En el área psicológica también se manifestarán las típicas conductas de un adolescente, como pueden ser rebeldía y búsqueda de independencia. Si un joven de 16 años tiene una edad mental de 8, no es ésta su edad emocional, sino la intelectual, por lo que cuenta con intereses afectivo-sexuales propios de su edad real. Tampoco son personas a las que el sexo es lo único que les interesa ni que su baja capacidad intelectual les impide “dominar sus impulsos”. Muchas veces el temor de las familias de abordar el tema hace que se repriman todas las características sexuales. Por otro lado, hay quien piensa que proporcionarles información solamente llevará a despertar unos impulsos que de otra forma permanecerían dormidos. La realidad es que las personas con síndrome de Down requieren de una educación afectivo sexual al igual que cualquier otra persona. Esta educación deberá estar basada en las necesidades individuales y deberá ser una educación permanente a lo largo de la vida. ¿Quién debe dar la educación sexual? Algunos autores proponen la participación de 3 actores fundamentales: -Profesionales -Familia -La persona con discapacidad Algo importante a tomar en cuenta es que la perspectiva que tomen los adultos encargados del programa de educación sexual -padres y profesionales-, va a depender de cómo ellos mismos han recibido información acerca de la sexualidad, cómo viven su sexualidad, sus creencias y actitudes. ¿Por dónde empezar? Los puntos para iniciar la educación sexual de los niños y jóvenes con discapacidad pueden variar. Sin embargo, como orientación general debemos considerar los siguientes temas: Lo que es público y lo que es privado: partes del cuerpo, lugares, actividades. · Concepto de intimidad y espacio personal. · Definición de los espacios íntimo, personal y social. · Conversaciones privadas. · Conductas íntimas. · Concederles y respetar su intimidad desde pequeños, ofreciendo modelos de parte de los adultos y familiares. Cuerpos y emociones: información básica necesaria para el autocuidado de cada día. · Utilizar las palabras correctas para denominar todas las partes del cuerpo incluidos los genitales. · Cambios corporales en la pubertad. · Funciones de las partes del cuerpo (principales órganos, incluidos órganos reproductores). · Diferencias entre hombres y mujeres. · Expresión de emociones. · Higiene y cuidado personal y de la salud. Límites y relaciones: los contactos, la conversación y la confianza que resultan aceptables en los diversos tipos de relación. · Definir reglas sobre contactos y límites y enseñárselas expresamente, como los abrazos, los besos y los saludos, dando la mano a las personas extrañas. · Cómo dirigirse a los demás y cómo los demás han de dirigirse a él. · Entrenar las relaciones interpersonales, las reglas de cortesía básica, la utilización de los servicios de la comunidad, el comportamiento adecuado en público o la relación con desconocidos. · Tipos de relaciones: citas, noviazgo, etc. Planes de seguridad: prevención del abuso sexual. · Qué hacer cuando se le toca de forma incorrecta. · A quién se puede tocar, cuándo y dónde. Quién te puede tocar, cuándo y dónde. · Comunicar abusos: entrenar la capacidad para informar sobre estos temas. Educación emocional · Asertividad. · Ejercitar el reconocimiento, control y expresión de las propias emociones y de las emociones de los demás. · Incidir sobre la empatía y la adquisición de una autoestima positiva. · Independencia. Referencias: Centro UC Síndrome de Down. (2017). Educación sexual y afectividad para personas con discapacidad cognitiva. Chile: Fondart. www.downcantabria.com/articuloE1.htm www.downcantabria.com/cursobasico/materialcurso/100100.pdf
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