Uno de los principales temas de preocupación o interés de los padres de un menor con Síndrome de Down es el referente al momento de dejar el pañal. Antes que nada, el control de esfínteres es un proceso que supone hacer consciente un reflejo y realizarlo de una manera controlada, que impacta de gran manera en el proceso de independencia y en el desarrollo social y emocional del menor. En el síndrome de Down, el inicio del entrenamiento del control de esfínteres diurno puede ocurrir alrededor de los tres años, aunque algunos autores refieren que algunos niños pueden iniciar alrededor de los 18 meses; todo esto dependiendo del desarrollo individual de cada niño. La adquisición del control de esfínteres diurno se logra a una edad de 5 años en promedio, mientras que en el caso del control de esfínteres nocturno puede extenderse un poco más de tiempo. Entonces, si existe tanta variabilidad entre los niños ¿cómo puedo saber si mi hijo(a) está listo para dejar el pañal? Para responder a esta pregunta la fundación Complementa en su manual de pautas educativas, incita a hacer la reflexión de 2 premisas que involucran a la familia y al niño en sí. Por un lado, la familia debe estar preparada principalmente con herramientas emocionales, pues el proceso de enseñanza debe ser positivo, para que ir al baño sea una experiencia placentera para el niño en cuestión. Esto debe implicar que la ansiedad de los padres debe ser controlada para evitar regaños o reacciones negativas ante los accidentes o dificultades en el proceso. Uno de los errores más comunes ocurre cuando los padres quitan y ponen el pañal, pues aunque esto ocurra por periodos cortos de tiempo como en un trayecto en coche, confunden a los niños al darles "permiso" de hacerse encima. Los padres por lo tanto deberán estar preparados para asumir las consecuencias y responsabilidades que implica un entrenamiento de control de esfínteres exitoso, lo que implicará sobreponer la necesidad del niño de ser independiente sobre la comodidad que representa para ellos el uso del pañal. Se recomienda que los padres cuenten con suficiente tiempo para supervisar el entrenamiento, que se esfuercen en llevar registros de evacuaciones de orina y popó y el suficiente compromiso y paciencia. Deberán existir acuerdos entre los padres, por ejemplo, acerca de quién podrá acompañar al niño al baño. Las señales que indican que el menor está preparado para dejar el pañal son principalmente que pueda mantenerse seco por al menos una hora, que tenga patrones regulares y predecibles de evacuación, que indique o de muestras de haber hecho pipí o popó y que pueda seguir instrucciones simples como: ven, párate, siéntate. Una manera ayudar a los niños a prepararse para esta etapa es irlos haciendo conscientes de que han hecho pipí o popó, comenzar a cambiarles el pañal estando de pie y haciendo que participen a la hora de desvestirse para facilitar la enseñanza de la rutina del baño. Si se ha determinado iniciar con el proceso, hay que considerar que: Una vez que se ha analizado y determinado que se iniciará con la enseñanza cabe preguntarse ¿Cómo realizar el entrenamiento?
“Para todos los casos, la constancia y la paciencia son requisitos imprescindibles de quien quiera comenzar un programa de entrenamiento en control de esfínteres, pues así como algunos niños en poco tiempo logran alcanzarlo, otros necesitan meses e incluso años para conseguirlo.” Referencias:
Ruiz, E. (s/f) Control de esfínteres. Fundación Iberoamericana Down21. Recuperado de: https://www.downciclopedia.org/educacion/autonomia/2968-control-de-esfinteres.html Díaz, P. (2006) Edades de adquisición de hitos madurativos en los niños con síndrome de Down. Fundación Iberoamericana Down21. Recuperado de: https://www.down21.org/revista-virtual/682-revista-virtual-2006/revista-virtual-mayo-2006/articulo-profesional-mayo-2006/2040-edades-de-adquisicion-de-hitos-madurativos-en-los-ninos-con-sindrome-de-down.html Fundación Chilena para el Síndrome de Down Complementa. (s/f) Pautas Educativas para el Desarrollo Integral de la Persona con Síndrome de Down: cuadernillo de edad preescolar.
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La importancia de la tiroides La tiroides es la mayor de las glándulas endocrinas del organismo. Estas hormonas participan en multitud de procesos que afectan a todo el organismo, entre los que se encuentra el metabolismo de minerales, vitaminas, grasas, proteínas e hidratos de carbono. Todo ello resulta determinante en el crecimiento y en el desarrollo (talla y peso) de las personas, y es decisivo en el normal funcionamiento de todos los órganos, pero especialmente del corazón y el sistema nervioso. Un adecuado nivel de estas hormonas es primordial para el ser humano. En el síndrome de Down se suelen dar dos casos relacionados con la tiroides: hipotiroidismo, que es cuando disminuye el nivel de esta hormona (la situación más frecuente) e hipertiroidismo, cuando se produce un aumento de actividad de la glándula tiroidea. Hipotiroidismo El hipotiroidismo es una de las patologías más prevalentes en las personas con síndrome de Down, y sin lugar a dudas es el trastorno endocrinológico más frecuente. La prevalencia de hipotiroidismo en la población con síndrome de Down se estima entre un 30% y un 40%, llegando a porcentajes del 80-90% en la primera infancia. Su mayor riesgo es que no se manifiesta, lo que complica su detección a no ser que se realicen pruebas para su diagnóstico. Una de las causas más frecuentes de hipotiroidismo es la destrucción de la glándula tiroidea por un mecanismo de autoinmunidad. Eso significa que el organismo reacciona y rechaza a su propia glándula tiroides como si le fuera extraña a él (como si se tratara de un órgano trasplantado), y lo hace mediante la producción de anticuerpos: antiperoxidasa y antitiroglobulina. Por tanto, la presencia de estos anticuerpos en la sangre delata la existencia de mecanismos de autoinmunidad. En las etapas de crecimiento del niño, si no se detectan los síntomas y no se toman medidas para nivelar la hormona, el daño puede ser irreparable pudiendo conducir a una discapacidad intelectual severa y a un retraso en el crecimiento y el desarrollo psicomotor. También puede originar complicaciones cardiocirculatorias. Hay que ser consciente que el hipotiroidismo puede aparecer en cualquier momento de la vida por lo que resulta imprescindible que el médico lo tenga presente siempre que atienda a un niño, adolescente, adulto o anciano con síndrome de Down ya que si se detecta a tiempo es posible contrarrestar algunos de sus efectos adversos. Por tanto siempre que se realice una analítica a la persona con síndrome de Down debe solicitarse también una analítica específica de hormonas tiroideas. Señales de alarma Debemos tomar como posibles señales de alarma de un hipotiroidismo los siguientes síntomas:
Es importante saber diferenciar estos síntomas de las manifestaciones propias de la trisomía 21 con las que pueden llegar a enmascararse. El hipotiroidismo también puede provocar los siguientes síntomas psíquicos:
Hipertiroidismo Es el incremento en la actividad de la glándula tiroides que provoca un exceso de hormonas tiroideas. En este caso, el análisis rutinario no resulta imprescindible pues la enfermedad presenta manifestaciones clínicas que permiten su apreciación y diagnóstico. El hipertiroidismo en el síndrome de Down es más frecuente que en la población general, pero tiene una incidencia mucho menor que el hipotiroidismo. La etiología más frecuente de hiperfunción tiroidea en el síndrome de Down es el bocio difuso tóxico, o enfermedad de Graves-Basedow, al igual que ocurre en la población general. Comparte con el hipotiroidismo el síntoma del cansancio pero sin embargo el resto de síntomas son opuestos:
En niños se aprecian con relativa frecuencia nerviosismo, debilidad muscular, pérdida de peso entre otros. Bibliografía
Down España., (2011). Controlar la tiroides es vital para las personas con síndrome de Down. Recuperado de: https://www.sindromedown.net/noticia/controlar-la-tiroides-es-vital-para-las-personas-con-sindrome-de-down/ Fundación Iberoamericana Down 21., (2006). Recuperado de: https://www.down21.org/690-revista-virtual/revista-virtual-2006/revista-virtual-marzo-2006/resumen-marzo-2006/2048-trastornos-tiroideos-en-el-sindrome-de-down.html El diagnóstico dual, es decir, el diagnóstico de los problemas de salud mental en personas con síndrome de Down, puede resultar bastante complicado pues presenta la dificultad añadida de discriminar los aspectos realmente patológicos de los que no lo son. ¿Cómo saber si su conducta es normal o es un problema de salud mental?Frecuentemente cuando se realiza una evaluación psicológica o neuropsicológica de las personas con síndrome de Down se toman como criterios cuantitativos el Coeficiente Intelectual y la Edad Mental. La edad mental significa que las habilidades de la persona, tomadas en su conjunto, corresponden aproximadamente a lo esperado de una persona con un desarrollo típico que tuviera esa edad cronológica. Algunas conductas típicas de un adulto con SD, como los soliloquios, no serían consideradas normales en un adulto de la misma edad cronológica sin discapacidad intelectual. Ese puede ser nuestro primer criterio, ¿esa conducta es común en otras personas con SD de la misma edad? Sin embargo, deberá evitarse tener únicamente en cuenta esta consideración. Es decir, no todos los cambios de conducta y ánimo son a causa del síndrome. Además de tomar en consideración la edad mental, cuando se trata de establecer si una determinada conducta es normal para una persona con SD deben tenerse en cuenta muchos otros aspectos de su personalidad. Si conoce el comportamiento habitual de su hijo o alumno podrá identificar cuando existen conductas que no son típicas para él o ella en específico. Hay que tomar en cuenta las diferencias individuales. A continuación, se enlistan características que son comunes en el síndrome de Down, y que no deben considerarse como pruebas de la existencia de problemas de salud mental. Entre estas características se incluyen: • Diferencias en la respuesta emocional y en el desarrollo emocional. Las emociones de una persona con síndrome de Down pueden ser un reflejo de lo que está sucediendo a su alrededor. Por ejemplo, el enojo que usted percibe en casa en un momento puede deberse a algo que sucedió en la escuela o el trabajo. Asimismo se ha observado que hay una respuesta retrasada ante situaciones de duelo. • Retrasos en el lenguaje. Las limitaciones en el lenguaje pueden dar lugar a interpretaciones erróneas del comportamiento, ya que pueden ser la causa de emociones como frustración, ira, irritación… piense usted cómo se siente cuando alguien no entiende lo que quiere comunicar. Su hijo o alumno con síndrome de Down puede vivir constantemente esa situación. • Soliloquio (hablar solo). Si bien es cierto que el soliloquio puede formar parte de los criterios diagnósticos establecidos para los trastornos psicóticos, estos graves trastornos psiquiátricos se caracterizan por delirios, alucinaciones, retraimiento de la realidad, paranoia, estados emocionales inusuales y alteración del proceso mental. El soliloquio resulta apropiado para muchos adultos con síndrome de Down, desde el punto de vista del desarrollo mental, puesto que muchos niños con desarrollo típico de edades aproximadamente inferiores a los 6 años hablan solos. Una conducta similar, que resulta con frecuencia adecuada en relación con el desarrollo mental del adulto con síndrome de Down, es la utilización de los amigos imaginarios. • Tendencia a la monotonía o a la repetición. La costumbre o rutina tiene muchas ventajas, como la de ayudar al individuo a mantener un orden en su vida, y a optimizar la utilización de sus habilidades. Sin embargo, la falta de flexibilidad puede dificultar el afrontamiento de la realidad cambiante e imprevisible de la vida. Las rutinas y costumbres pueden interpretarse erróneamente como problemas de conducta.
Salud física y su relación con la salud mentalCuando se evalúa a un adulto con síndrome de Down a causa de cambios en su salud mental o por problemas conductuales, es importante hacer algo más allá de lo estrictamente psiquiátrico. Con frecuencia, vemos que existe una causa física subyacente que está originando o contribuyendo a ese trastorno mental o cambio de conducta. Situaciones como un dolor físico, trastornos en la visión o la audición, hipotiroidismo o problemas gastrointestinales, por mencionar algunos, pueden ser la causa directa o contribuir a los problemas de conducta o emocionales observables, como la ansiedad, depresión, agitación, agresión, aparente pérdida de habilidades cognitivas, etc. Enfermedades mentalesEn general, la presentación de la mayoría de los trastornos mentales, en las personas con SD, tiende a ser más compleja que en la población general. Por ejemplo, un trastorno de ansiedad puede manifestarse en forma de conducta autoagresiva o de hiperactividad. Los trastornos de adaptación a situaciones estresantes pueden mostrar igualmente síntomas más graves como la autolesión, alteraciones en el sueño o en la alimentación. Y, a la inversa: existen actitudes y síntomas que pueden parecer un trastorno y no serlo. Las patologías mentales más frecuentes en la población con SD corresponden a: 1. Trastornos afectivos 2. Trastornos psicóticos 3. Trastornos de comportamiento 4. Trastornos específicos del desarrollo del habla y del lenguaje 5. Enfermedad de Alzheimer Se recomiendan acciones preventivas para favorecer la salud mental y la inclusión de la persona con síndrome de Down. Información obtenida de DownEspaña, DownCiclopedia y Canal Down21.
Las habilidades de autocuidado son aquellas que conllevan el cuidado de uno mismo con referencia a higiene, alimentación, vestido y salud; las cuales son una de las herramientas con las que se llega a la autonomía y a la inclusión en diferentes ámbitos. Por esto, el desarrollo de estas habilidades es una de las principales temáticas abordadas en la asesoría a padres, puesto que es en la familia que se adquieren de primera instancia y de manera más significativa a lo largo de la vida, de manera natural. ¿Por qué es necesario trabajar estas habilidades? Cuidar de uno mismo cuando se es pequeño es una antesala que abre paso a otras acciones más complejas, que dan como resultado la autonomía y habilidades sociales adecuadas al contexto. Dicho esto, es fácil imaginar que el proceso de inclusión en escuelas, trabajos y círculos sociales diferentes será beneficiado si la persona con SD sabe ir al baño solo, comer de manera independiente y atendiendo al uso correcto de cubiertos y servilletas, identificar su dirección para trasladarse en el transporte público, bañarse solo y de manera suficiente, etc.; además de otros beneficios como la disminución de enfermedades que se relacionan con la higiene, como el lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño. En contrapartida, la carencia de estas habilidades puede provocar rechazo, aislamiento y, en definitiva, limitar la calidad de vida. Todas estas conductas que nosotros realizamos inconscientemente, están compuestas por multitud de pequeños pasos, cada uno de los cuales requiere de unas capacidades específicas. Hemos de enseñar a los niños con síndrome de Down a hacer todo esto dejando que practique y no darla por aprendida hasta que demuestre que es capaz de hacerlo y que lo hace habitualmente en distintos entornos sociales.
¿Cómo podemos apoyar a la adquisición de las habilidades? Los niños con síndrome de Down adquieren las habilidades sociales del mismo modo que los demás, aunque se han de considerar algunas de sus características a la hora de planificar el proceso de enseñanza. Los procesos de aprendizaje por los que habitualmente se adquieren las habilidades sociales son: Los niños observan a sus padres, a otros adultos o a otros niños interactuando e imitan lo que ellos hacen. Es el llamado aprendizaje por observación o vicario. En las personas con síndrome de Down es una de las formas básicas de adquisición de las habilidades sociales. Generalmente harán más caso a lo que ven que a lo que oyen, por lo que se ha de tener especial cuidado con los modelos que les estamos dando. Educamos con lo que decimos, con lo que hacemos y fundamentalmente con lo que somos. La consolidación y generalización de las conductas se logra practicando en diversos contextos, en diferentes momentos y ante distintas personas. Es conveniente, por ejemplo, que lo que aprenden en casa, lo practiquen con otros familiares o en distintas situaciones sociales. ¿Cómo empezar a enseñar? Existen varios programas ya establecidos para enseñar procesos de autocuidado, el colaborador de Down 21 y Down Cantabria, Emilio Ruiz, recomienda que las conductas que suponen una habilidad, como por ejemplo vestirse, sea desglosada en pasos pequeños, se usen los mismos pasos y que inicialmente se le incite a realizar la actividad por imitación y en caso de no lograrlo acceder a la realización de la conducta con ayudas físicas y guías verbales Para determinar las enseñanzas que se deben trabajar es preciso saber que las necesidades y capacidades existentes de cada persona son variadas, teniendo presente la edad evolutiva y el desarrollo; así como también que la enseñanza debe ser sistemática, constante y explícita, sin dar por hecho que ciertas habilidades aparezcan solas. Una vez que se han identificado las posibilidades de aprendizaje considerando la edad y las destrezas, debe plantearse lo que se quiere enseñar, por ejemplo, para plantear la habilidad de vestirse, se debe considerar que desvestirse es más fácil y que representa un hito de desarrollo previo. Los pasos pequeños constarán de cada conducta o paso a seguir, dando los apoyos necesarios físicos o verbales para que se realicen los primeros pasos, usando de preferencia las mismas ayudas verbales en cada ensayo, y reforzando la actividad con elogios o palabras agradables. Es importante ir monitoreando el progreso en la enseñanza para retirar las ayudas físicas y verbales cuando sea oportuno, siempre manteniendo en mente que el tiempo para aprender varía de persona en persona. ¿Las familias necesitan recibir orientación? Aunque las habilidades de autocuidado y sociales son enseñadas de manera directa y natural en el ambiente familiar, es recomendable recibir orientación para organizar y estructurar la información según la edad, las capacidades ya adquiridas y las necesidades individuales de los alumno, para desarrollar competencias minimizando las dificultades que se puedan encontrar. REFERENCIAS
Fundación Iberoamericana Down 21. (s/f) Habilidades sociales: Peculiaridades en síndrome de Down. Recuperado de: https://www.downciclopedia.org/educacion/habilidades-sociales/2987-habilidades-sociales-peculiaridades-en-el-sindrome-de-down.html Ruiz, E.. (s/f) Habilidades de autonomía personal: vestido, aseo, comida. Fundación Iberoamericana Down 21. Recuperado de: https://www.downciclopedia.org/educacion/autonomia/2966-vestido-aseo-comida.html Correas, I. (s/f) Habilidades adaptativas: intervención. Fundación Iberoamericana Down 21. Recuperado de: https://www.downciclopedia.org/psicologia/inteligencia-y-aspectos-cognitivos/3016-habilidades-adaptativas-intervencion.html En diciembre de 2011, la Asamblea General de la ONU designó el 21 de marzo Día Mundial del Síndrome de Down. Con esta celebración, la Asamblea General quiere generar una mayor conciencia pública sobre la cuestión y recordar la dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades. Asimismo, quiere resaltar la importancia de su autonomía e independencia individual, en particular la libertad de tomar sus propias decisiones. Debido a los recientes acontecimientos de salud pública relacionados con el COVID-19 (coronavirus), muchos eventos se han cancelado como medida de prevención, entre ellos nuestra Marcha anual en conmemoración por el día mundial del síndrome de Down. Sin embargo, no queremos que este día pase desapercibido, por lo que los invitamos a leer un poco sobre esta fecha tan significativa. ¿Qué es el síndrome de Down? El síndrome de Down es una alteración genética causada por la existencia de material genético extra en el cromosoma 21, en lugar de 46 cromosomas, existen 47. La incidencia estimada del síndrome de Down a nivel mundial se sitúa entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 recién nacidos. A principios del siglo XX, se esperaba que los afectados vivieran menos de 10 años. Ahora, cerca del 80% de los adultos que lo padecen superan la edad de los 50 años. Haz clic aquí para editar. ¿Tiene cura? El síndrome de Down no es una enfermedad. El efecto que la presencia de esta alteración produce en cada persona es muy variable. Lo que puede afirmarse es que la persona con síndrome de Down tendrá algún grado de discapacidad intelectual y mostrará algunas características típicas de este síndrome. Las personas con síndrome de Down muestran algunas características comunes pero cada individuo es singular, con una apariencia, personalidad y habilidades únicas.
SITIOS DE INTERÉS https://www.un.org/es/observances/down-syndrome-day https://www.sindromedown.net/noticia/losverdaderosinfluencers-la-nueva-campana-de-down-espana-para-el-dia-mundial-del-sindrome-de-down/ https://www.ds-int.org/Event/world-down-syndrome-day-united-nations-2020-virtual-event Equipo de la Fundación 💚🍀Noche Disco.El pasado 29 de febrero se organizó en The Palm Cabaret and Bar un show con tema de “noche disco” para jóvenes y adultos. Algunos alumnos de la Fundación asistieron y se divirtieron con el talento de los artistas y la calidez del personal y de los organizadores, a quienes agradecemos por esta experiencia. Avistamiento de ballenas 2020.Este año fuimos invitados nuevamente por Vallarta Adventures al avistamiento de ballenas que organizan para asociaciones civiles, el pasado 23 de febrero. A nombre de la Fundación Down y de las familias que disfrutaron de la cortesía del avistamiento, agradecemos ofrecer esta oportunidad de recreación y conocimiento para nuestros alumnos y sus familias. ¡Chicos y grandes lo han disfrutado!
Un estudio realizado por Cuckley Pat y Wilson June en 2012 arrojo que la mayoría de los jóvenes con síndrome de Down tienen una idea muy clara de lo que significa la amistad. Y la definían como algo importante y veían a sus amistades como algo muy positivo. Destacando en sus amigos virtudes como la amabilidad y lealtad, personas en las cuales se puede ayudar y ellos ayudar, con quienes compartir gustos y actividades. Según Asher y Parker, las principales funciones o beneficios de la amistad son:
La amistad a su vez, se vuelve un aliado para la interacción social, es decir, apoya a las personas con síndrome de Down a regular sus conductas y aprender a relacionarse con otros brindando valores como el respeto, la igualdad y colaboración entre pares que formará a largo plazo mejores ciudadanos. La amistad es ayudar y compartir. Es algo muy importante que se basa en la sinceridad y el cariño, aceptar a la otra persona como es, sin importar su condición o carácter. Fomentemos este valor. Fundación Iberoamericana Down 21(s/f). Relaciones interpersonales. Que nos cuentan las personas con síndrome de Down. Recuperado de: https://www.down21.org/desarrollo-personal/120-relaciones-interpersonales/894-que-nos-cuentan-las-personas-con-sindrome-de-down.html Fundación Iberoamericana Down 21(s/f). Relaciones sociales y amistades entre los jóvenes con síndrome de Down en las escuelas secundarias. Recuperado de:https://www.down21.org/revista-virtual/850-revista-virtual-2003/revista-virtual-enero-2003/resumen-enero-2003/2209-relaciones-sociales-y-amistades-entre-los-jovenes-con-sindrome-de-down-en-las-escuelas-secundarias.html La atención especializada para personas con síndrome de Down en el área de la salud debe representar una prioridad para las familias, profesionales y el sistema de salud público. Debido a la presencia de una alteración genética como es la presencia de un cromosoma extra a lo largo de la vida se presentará en la vida de la persona con síndrome de Down un desequilibro en el modo en que los genes dirigen y regulan la función de diversos aparatos y sistemas en el organismo, dando como resultado un mayor número de problemas médicos asociados. De acuerdo con la Fundación Iberoamericana Down21, los principales problemas médicos asociados son: Es importante recalcar que:
En México, el documento publicado en 2007 por el Gobierno Federal “Atención integral de la persona con síndrome de Down” ofrece pautas técnicas para los profesionales de la salud. Desgraciadamente no existe un programa nacional de atención médica especializado al síndrome de Down y aún es probable encontrarse con profesionales de la salud con información poco actualizada o que consideran poco productivo realizar estudios preventivos o tratamientos a destinados a población con trisomía 21. Desde la década de 1980 se comenzaron los trabajos en EUA por especialistas en el ámbito médico para publicar “Pautas de atención sanitaria” para personas con síndrome de Down. En la actualidad existen publicadas diversas guías de salud que muestran las pautas que se deberían seguir para brindar servicios médicos de calidad de acuerdo a la etapa del desarrollo en que se encuentre la persona. En nuestra institución tomamos como referencias algunas guías de salud publicadas en España, Argentina y Chile para compartir con nuestra comunidad un formato práctico que les sirva como referencia a las familias y médicos. En este formato, disponible para su descarga aquí, se indican las edades de desarrollo y los exámenes y pruebas recomendadas en cada etapa. ¿Qué les decimos a los padres de familia? Si su médico no conoce la guía de salud para personas con síndrome de Down, usted infórmelo y explíquele que su hijo necesita atención especializada. Referencias.
Salud y biomedicina. Downciclopedia: https://www.downciclopedia.org/areas/salud-y-biomedicina.htmlGuía de salud para personas con síndrome de Down. Editado por William I. Cohen, M.D. para el "Down Sindrome Medical Interest Group" (DSMIG): Programa Iberoamericano de Salud para Personas con Síndrome de Down. FIADOWN. Federación Iberoamericana de Síndrome de Down: www.fiadown.org/wp-content/uploads/2018/06/Programa-Iberoamericano-de-Salud-PDF.pdf Programa Español de Salud para Personas con Síndrome de DOWN. Down España: www.sindromedown.net/wp-content/uploads/2014/09/90L_downsalud.pdf Actualmente, la inclusión laboral se ha ido convirtiendo en una realidad para las personas con discapacidad, la cual ha sido lograda a través de la enseñanza de habilidades laborales en centros educativos o terapéuticos, con el fin de que se integren a un trabajo remunerado, ya sea en un empleo público o en un empleo protegido. Existen varios programas que se encargan de proveer servicios especializados para lograr la inclusión laboral, pero ¿qué debe atender la capacitación laboral? En un inicio se debe pretender desarrollar las habilidades adaptativas sociales, de autonomía, y psicopedagógicas para mejorar aspectos como la comunicación, el control y manejo de emociones, las competencias sociales, el desempeño de tareas cotidianas, la toma de decisiones, la salud, la higiene y la seguridad, así como también contenidos académicos funcionales. Y para que las personas puedan desempeñar un trabajo digno es indispensable la enseñanza sistematizada de las tareas que tendrán que realizar, así como también enseñar la identificación del lugar de trabajo, del reglamento, de las rutinas laborales, de los horarios de trabajo, el manejo del dinero y tarjetas de nómina, de la identificación de sus superiores, desarrollar la motivación al trabajo y una buena actitud hacia el. El capacitador laboral por otra parte deberá brindar a la familia información, capacitación y apoyos en las diferentes necesidades de la persona con Síndrome de Down, así como también trabajar de la mano junto a las personas o empresas con las que se incluirá a laborar el joven o adulto. Actualmente en la Fundación se cuenta con un programa de capacitación pre laboral y laboral para adolescentes y adultos a través de talleres de repostería, en el cual se entrenan las habilidades adaptativas así como las competencias necesarias para el uso de herramientas de cocina y la realización de procesos; además de proporcionar orientación a padres de familia. Con la reciente adquisición de un horno de convección gracias al programa de apoyo a organizaciones de la sociedad civil; y con la dirección de Guadalupe Márquez y la enseñanza de Bioquinta Córdova, este programa está listo para reanudar actividades este jueves 30 de enero. La igualdad de oportunidades en la vida adulta, sin adecuados procesos de integración previa, se vuelve una mera declaración de principios y un objetivo prácticamente inalcanzable.
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